Diario de una desconocida

¿Quién dijo que las relaciones a distancia eran idílicas?¿Y quién dijo que todo era lo que parecía? Estela se ha encontrado, sin comerlo ni beberlo, en una situación que empieza a salírsele de las manos, en una situación en la que nunca pidió estar. Pero… ¿Cómo hacerle entrar en la cabeza la realidad a alguien que se niega a ver cuál es la verdadera situación, a alguien que insiste e insiste con lo mismo sin ser capaz de ver que lo único que hace es agobiar y desesperar? Estela no tiene a nadie a quién contarle lo que realmente se le pasa por la cabeza ya que intenta de todos modos conservar la compostura y las cosas en orden, hasta el punto que finalmente termina empezando a escribir su propio diario, algo que nunca se planteó, para desahogarse, para expresar aquello que siente y que está a punto de hacerla estallar.