Apenas llegaron a casa del pelinegro el castaño rápidamente corrió al baño con un test de embarazado entre sus manos. Está último realmente estaba nervioso, lo contrario a su novio quien estaba seguro de que la prueba daría negativo, por lo que no mostraba mucho interés por el tema. Pasados los cinco minutos el castaño de nombre Alan por fin se atrevió a ver el resultado: positivo. Al verlo sintió como el mundo se le venía abajo. No sólo el futuro bebé iba a ser la prueba viviente del amor que su novio y él se tenían, sino que también podría significar grandes contratiempos; aún no terminaban la secundaria. Apenas ese verano había cumplido dieciséis años, y dentro de nueve meses llegaría la famosa bendición. Sin embargo, lo que más le aterraba era si serían capaces de criar a un niño. Entonces se dió cuenta de que la batalla más grande de sus vidas estaba por comenzar. Aprendiendo a ser papá...All Rights Reserved
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