Cada día cuesta más asustar a un chico. Hoy día sino se le aparece un Freddy Krugger o un Chucky el muñeco asesino, los pequeños ni se mosquean. Desde temprana edad, casi todos los niños son depositados frente al televisor, para que allí se entretengan con las andanzas de estos picaros muchachos, macabras y sangrientas películas de guerra o nuevos monstruos chinos o espaciales. Cada vez son menos los chicos que escuchan los cuentos del tío preferido. Aún así, todavía andan por ahí algunos párvulos, que pueden asombrarse o asustarse con cuentos de aparecidos, pomberitos o fantasmas. En el Chaco, donde el calor y el viento Norte no para de azotar, donde existen lugares como el Estero Cuatro Diablos, Rincón del Zorro, Pampa del Infierno, Pampa La Guacha o Pampa Calamidad; Paraje El Asustado, Gato Negro, La Viruela o El Impenetrable; Colonia La Sábana, Río Muerto, Paraje Tres Ahorcados o Campos del Cielo, no es sorprendente que haya cosas raras, como ánimas, poseídos o demonios. En Cancha Larga, a más de diez leguas de Resistencia, pareciera ser que juntaron todos esas cosas raras, eso por lo menos decía el tío Aldo. Para colmo, esa zona está llena de tesoros enterrados de la guerra, lo que facilita la aparición de la luz mala. Ah, me olvidaba, también hay muchas víboras, y están donde uno menos lo espera. Si van para Cancha Larga, cuídense.
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