Es 31 de octubre y la mañana está muy oscura, no hay nadie por la calle y Alba se acaba de despertar. Se siente rara y sin fuerzas, como si no tuviera energía. De repente, se da cuenta de que no está sola en casa, como es habitual, hay una sombra en la cocina, está abriendo el cajón y está sacando un cuchillo. Se despierta, era una pesadilla aunque todo pareciera tan real. Y de pronto aparece algo.