Pequeños momentos que se vuelven grandes en nuestras vidas, como sentarse y ver la lluvia caer, escuchar el sonido de las gotas al caer, esa neblina que se atraviesa, dejando el panorama blanquecino sin poder ver más allá, la gente pasa y pasa sin prestar atención, más que a sus propios pensamientos y yo me pregunto que pensarán? Serán felices o tienen algún pensamiento que los perturba, rostros y rostros pasan frente a mi, unos sonrientes, otros serios, otros mirando para ambos lados buscando algún ser querido, un amigo o simplemente viendo a que hora sale el bus, el trajín de la gente, Aquella que corre sin prestarle atención un momento al sonido de la lluvia, solo se preguntan cuando dejará de llover, somos seres humanos tan inconsistentes que no apreciamos el valor de una lluvia caer...