Seamos sinceros: todos, muy dentro nuestro, sabemos que el mundo se mueve por el dinero y que cada uno de nosotros tiene un precio. La única diferencia entre vosotros y yo, es que yo lo admito. Lo que quiero es volverme rico, asquerosamente rico y para hacerlo, abriré mi tienda cada día durante el resto de mi vida. Exploradores o Defensores, quien sea, venid y conseguid lo que buscáis, ¡tengo de todo al precio justo!