Los sueños son en ocasiones, demasiado realistas, para Amanda esto resulta demasiado literal, toda su vida sus sueños han sido puras pesadillas que ella juraría vivió con los ojos abiertos, pero desde hace unas noches las pesadillas acabaron, y cada noche cuando la luna sale ella duerme, duerme en una cama que no es la suya, viendo la luna desde la ventana que da a la marquesina, sin atreverse a levantarse por miedo a que su dulce sueño se convierta en pesadilla, se queda sentada sin atreverse a salir y explorar el hermoso jardín que hay bajo tan linda marquesina.