Sinopsis:
Luego de ver a su madre muerta y no poder sentir el más mínimo dolor por ella, el tormento comenzó para Jenna. Ella no podía quererla, no podía sufrir por la persona que le dio la vida. Nunca pudo saber la razón de su resentimiento, porque para ella era normal, para ella todo estaba bien a pesar de que su vida se estaba desmoronando con cada paso que daba, con cada píldora que introducía a su cuerpo. Sin embargo, una persona, una llena de una hermosa locura, permaneció a su lado porque quería que ella viera que el mundo no era tan malo luego de un nuevo amanecer, porque para él, Jenna significaba todo, Jenna era su nuevo despertar.
Tantos aciertos, tantos fallos, tantas piezas que se caían de su vida la convirtieron en esa mujer débil, esa chica que sólo necesitaba a una persona que sostuviera sus piezas por ella y aunque se equivocaba cada vez más, fue tan fuerte para resistir a pesar de que seguía perdiéndolo todo. Porque ella no necesitaba que la repararan, necesitaba que alguien le dijera que todo estaría bien. Que sólo su locura la tranquilizara.
- Estás empezando a arrastrar a tus seres queridos hacia abajo -dijo él sin soltar mi mano- ¿Será que esta etapa nunca terminará? Hay mil brazos para sostenerte. Pero no quieres alcanzar ninguna mano, ¿por qué no siento que me estés escuchando? -me preguntó luego de que me quedara pensando en esa promesa-. Déjame pintarte esto claro. La vida es corta, ma chérie. Mira a tu madre aquí en su último y doloroso año. Me gustaría que tan sólo supieras... Ella se quedó por ti.
*No se aceptan adaptaciones.
*Todo plagio será denunciado.
*Obra original, propiedad de Julieta Barreto.
*Por criticas y sugerencias, directo a mensaje privado.
Adelin debe enfrentarse a un juego enfermizo mientras convive con un asesino serial y un chico que lo da todo por ella.
•••
Todos culpan a Adelin Rivas de la misteriosa muerte de su madre.
Nadie quería cruzarse con la "chica tragedia", porque se decía que por donde ella pasaba, solo dejaba desgracia.
Le acusaban por cada hecho extraño sucedido en aquel lugar. ¿Era culpable? Nadie tenía la certeza, pero algo sí podían asegurar: todo se relacionaba con ella.
¿Coincidencia? No lo creo.
Cuando todo parecía no poder ir peor, su cuaderno de canciones cayó en manos de un demente. A partir de ahí, deberá enfrentarse a ese juego enfermizo mientras convive con otro asesino serial y un chico que lo da todo por ella.
Preciosísima portada ilustrada por la talentosa @imfleurie