Mi vida siempre ha sido un poco efusiva. Bueno un poco tanto. Esta bien. Muy efusiva.
Desde que tengo memoria, las cámaras, los lujos y la fama nunca han estado ausentes en mi día a día, y eso se lo tengo que, irónicamente, agradecer a mi padre. Ser hija de un empresario influyente te pone en la mira. A mis diescisiete años no me puedo quejar de nada, los lujos siempre han estado presentes en mi vida. Pero solo son eso. Cosas materiales. A diferencia de mis hermanos, soy de ver más allá, de no guiarme por las apariencias. O bueno, hasta que él aparecio.
Ese chico que llego para poner mi mundo hacía arriba, cuando todo estaba yendo hacía abajo. Por llegar en el momento exacto y enseñarme su sonrisa.
-¿Y tú eres? -me pregunta viendome de arriba a bajo. Frunzo el ceño mientras coloco mis manos en las bolsas traseras de mis jeans. ¿Está preguntando que quien soy? Me quedo pensando, confundida, por su pregunta. Aludida por eso, y bajo la atenta mirada de los demás empleados sobre nosotros, extiendo mi mano para presentarme.
-Alessa, la hija de tu jefe.
Suelta una sonora carcajada, como si lo que acabara de decir fuera un chiste. Pero, al ver mi rostro serio, sus labios se presionan uno contra otro.
-Demonios -susurra.
LIBRO TRES DE LA SAGA ÁMAME.
Summer ha estado enamorada de Nikolai desde que tiene memoria, ella siempre ha estado consciente de que nunca pasaría algo entre ellos. Pero luego tras besarse y quizás un poco más, Nikolai comienza a ver de otra forma a Summer, por lo que ya no es solo la mejor amiga de su hermana.