Cuando Julia se muda a Barcelona para trabajar en una empresa de modelos, no puede evitar fijarse en el hijo de su jefe con todas las consecuencias que pueda conllevar.
Los dos llegaron a la residencia con una promesa.
Ella no iba a confiar en el hijo de la persona que casi mata a su padre.
Él iba a pasárselo bien sin importarle nada ni nadie.
Ninguno de los dos cumplió con su objetivo.