-¡Me debes una!- exclamó el oji-marron mientras se levantaba y sacaba su cabeza por la ventana de su habitación. El asesino suspiro resignado, giró sobre sus talones.
-De acuerdo, respeto el vida por vida- respondió resignado- A la siguiente, no tendrás tanta suerte.- Rayito soltó un carcajada, Jeff gruño enojado.
-La suerte será tuya~
-Que te den, mocoso- exclamó Jeff mirando hacia otro lado y alejándose del lugar
-Ven y dame tu, hermosura- escucho a lo lejos, giró su cabeza y Rayito el guiño un ojo. Jeff se sonrojo y se puso la capucha-
-Jodido niño, ojalá te maten- gruño y soltó más maldiciones adentrándose al bosque.
Rayito suspiro con un pequeña sonrisa en el rostro, ese había sido un día divertido y sabía que habría más como esos, a partir de ahora.
Claro, todo dependerá de cuanto logré vivir, o cuando esa deuda termine.
Nadie está a salvo de los malos.
Todos son traidores.
Todo lo que se ha convertido el Imperio es una forma de asesinar, una forma de venganza de la que nadie podrá salir vivo.
Para Eva que está secuestrada y fue obligada a casarse con el rey, la hará volverse una persona más manipuladora, mientras el ejército de los rebeldes crea planes para derrocar al rey, un hombre que se creía muerto resurge de las cenizas para rescatar a su amada y dar posiblemente una batalla final donde todo acabe.