The Poetry of Wish

Podía sentir sus suaves labios en mi piel, como él succionaba la apertura de mi cuello dejándola con tonalidades moradas cual lienzo.
Mientras su boca decora mi pecho, sus manos bajan por mi cuerpo, explorando cada molécula de mi ser, sus ojos fijos en mi mirada pidiendo permiso para hacer su siguiente movimiento, mire hacia arriba en modo de asentimiento, esperando el nuevo éxtasis que su boca me proporcionaría.
La espera se hace angustiosa, hasta que siento sus manos subir desde mis rodillas hasta mis muslos dejando castos besos en el camino, colocando el último en mi entrepierna abriéndole paso a su lengua para que se divirtiera con mi clítoris y los fluidos que próximamente saldrían; produciéndome suspiros y jadeos intercalados, mis manos presionaban su cuero cabelludo, intensificando sus lamidas, haciéndome llegar al tan esperado éxtasis.
-¿Ves?-se manifestó por primera vez en toda la tarde, mientras se paraba agarrando su camiseta- Tener Filofobia no te prohíbe disfrutar-dijo Ruggero saliendo de mi habitación con su camisa en la mano. Dejándome abierta, mojada y excitada.
>>Ah, y apúrate- continuo mientras entraba nuevamente con la camisa puesta, el pelo alborotado y mis fluidos aun en su boca- Que Federico llegara pronto y no creo que quieras explicar las sabanas mojadas- guiño un ojo, saliendo por última vez de mi habitación.

Demonios.
No me quedaban más sabanas limpias.