-¿Qué me estas mirando? -le dije, extrañada. -Nada, nada -sonreía al pronunciarlo, así que no le creí. -¿Qué pasa? -no me gusta ser cotilla ni insistente, pero quería saber por qué me miraba así. -No pasa nada, Indya. -Entonces, ¿por qué me miras así? -Porque me gusta mirarte -sus ojos azules se veían más bonitos que normalmente a la luz de la redonda y blanca luna de esa noche-. Porque me gustas. Ahí me mató. Morí. Me derretí, como el chocolate.All Rights Reserved