Y sin darse cuenta su atracción física hacia el menor se convirtió en amor, un amor que estaba prohibido, un amor que no podía ser, un amor imposible, pero al corazón de Johnny no le importó porque cada día, cada segundo, cada minuto que lo veía o lo escuchaba de enamoraba aún más y el amor que sentía por su novio de repente se sentía una pesada obligación. John Seo, ¡Oh! ¡Tú, idiota! Nunca debió enamorarse, nunca debió fijarse en el primo de su novio...All Rights Reserved