Va más allá de cualquier cosa, si la vida me pedía, mi vida misma se la daba. Con solo ver sus ojos, decidí entregarle mi vida. Si, era la nueva del salón, pero ¡joder! La estaba esperando. Fue la primera mujer ajena a mi madre, que tras sonreir provocó que yo tambien sonría. Si la chica nueva del curso me pedía un riñón, le daba los dos. -Dedicado a Lia, la eterna chica nueva del salón.