Por todo lo que fui.

Roxalena Drovosky era una llama de alegría para todo aquel que la conociese. Su gran sonrisa que nunca abandonaba su bello rostro y su hermosa cabellera igual al fuego era la razón por la que muchos hombres de Rutenia suspiraban enamorados de ella.
Su vida era perfecta hasta que los soldados otomanos llegaron con una carta de la Sultana Ayse en donde requería a sus padres un deuda del pasado. Un error cometido por la ambición.
Se convierte en la deuda a pagar y es obligada a regresar al lugar que pertenece pero que jamás le será concedido. Al llegar se da cuenta que en ese lugar reina la tristeza, el odio y el rencor, y que la felicidad se encuentra enterrada. Su belleza y alegría cautivara a la única persona prohibida, el Príncipe Ahmed. Su vida comenzará de nuevo, pero esta vez como Hurrem II.

*Aclaracion: estos personajes no existieron en la historia y los acontecimientos son solo ficción.