Quim acaba de llegar al internado de La Liande, uno más en la larga lista de centros que acumula a sus espaldas. Esta es su última oportunidad, un nuevo comienzo. Sin embargo, durante la primera noche un grupo de chicos le incita a colarse en el bosque que rodea el recinto. Todo parece una broma sin importancia hasta que Quim no regresa. La mañana siguiente amanece como cualquier otra, pero Jonás, Matías y los demás saben que algo no va bien y que no fueron sinceros con él... Quizá deberían haberle contado que el bosque es un lugar prohibido; quizá lo habrían hecho de haber sabido que tras sus ramas habitan peligros inimaginables. Ahora solo les queda adentrarse en él para sacarlo de ahí antes de que sea demasiado tarde.