Muchas veces el ser humano no es cociente de la inmensidad y capacidad que tiene su mente, pierden total noción de lo maravilloso que es el planeta tierra arraigado en algún lugar del universo. A veces olvidamos por completo como se siente ser feliz, como se siente sonreír con tal fuerza que duelan tus mejillas, como se siente abrazar a la persona que amas, a veces solo perdemos el sosiego que brinda paz a nuestro interior para terminar enajenado el pensamiento perpetuando así la rutina, cuando en realidad nosotros somos arquitectos de nuestro futuro, y actores que improvisan su guion en el presente, donde el mundo, es su mejor escenario.
Debemos aprender que la felicidad es solo un instante que nos abraza pero tarde o temprano tendrá que emprender un viaje, en el cual mientras la señora felicidad no está, nosotros debemos aprender a conocernos, a entendernos y valorar todo lo hermoso que nos brinda el universo, tenemos que aprender a agradecer el amor, el dolor, las risas, el llanto, tenemos que agradecer a la felicidad cuando está y todo es perfecto, pero también debemos agradecerle cuando tiene que partir, porque es justo en el momento en el que aprenderemos como hacer de aquel abrazo más fuerte, para que cuando felicidad vuelva dure más tiempo con nosotros y cada vez sea más difícil dejarla ir, y no porque la abracemos con fuerza, sino porque felicidad se sienta cálida en nuestros brazos.
Sigue leyendo la introducción en el primer capitulo de Querido Diario.