Andrexa se muda junto a su familia a Córdoba con un propósito, formar una iglesia. Lejos de todo lo que ella consideraba hogar comienza su último año de bachillerato. En su salón conoce a Tyler, el chico más lindo pero el más duro que haya cruzado jamás. Sus actitudes esconden un pasado que está dispuesta a descifrar. Reconoce al instante que ella está ahí por una razón y que esa razón es él.