En la era de Cristo, la lepra era un mal incurable y los que la padecían estaban condenados a la muerte social (por la Ley de Moisés) antes que les llegara la muerte física.
Diez leprosos, de distintos orígenes, aguardan impacientes en un paraje entre Samaria y Galilea el paso de Jesús para suplicarle que los cure.
Mientras esperan, recuerdan sus vidas de antes de padecer la asquerosa y temible enfermedad, de cómo se conocieron y cómo llegaron a ese lugar inhóspito.
Esperan, pues, eso a lo que llaman milagro y que saben que el Rabí de Galilea es capaz de realizarlos, según el decir de la gente.
La espera, plena de angustia, sacrificios y sufrimiento, no saben qué fin tendrá; si el Mesías les limpiará la piel (y el alma), pero, menos, no saben qué harían con sus vidas DESPUÉS DEL MILAGRO, si se les concediera.
"Me ha secuestrado y ahora estoy perdidamente enamorada de él".
Estocolmo.
El hombre oscuro.
Hace con ella lo que quiera, puede tomar su vida a su parecer y decidir lo que puede o no hacerle. Él es su dueño, o es lo que le ha metido en su cabeza.
La chica del bosque.
Hace lo que el mande, puede dejarse tomar como a él le parezca y espera a que el decida. Ella le pertenecer, o es lo que quiere creer.
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