En un cuarto completamente blanco, iluminado por grandes reflectores: se encontraba Kass; pálida, determinada y dudosa a la vez, preguntándose si viviría para el día siguiente. Rodeada por monitores que analizaban su pulso y signos vitales; era observada a través de un gran cristal por personas elegantes vestidas de blanco. Se sentía tranquila, respondiendo a todas las preguntas que se le hacían respecto a su peligroso don, no tenía nada que ocultar, después de todo tampoco tenía nada que perder.All Rights Reserved