Natalia y Alba. Alba y Natalia. Siempre juntas, siem-pre. La gente de su alrededor siempre se preguntaba si vivían pegadas con pegamento. Y es que no exageraban, desde que se conocieron no se soltaron. Se apoyaban al cien por cien, se escapaban, lloraban, la cagaban, rectificaban y volvían al ataque. Uña y carne. Culo y mierda. Lo que ellas no esperaban era cruzar todavía más esa línea.