La vida de Scarlett Johansson, constaba de manipular hombres a su antojo para lograr sus caprichos a causa de su muy peculiar y notable belleza; "Un alma libre", era como ella se consideraba, haciendo lo que le plazca en el momento que quisiera, y como fuera. Esa era una vida perfecta para ella, sin ningún tipo de preocupación ni responsabilidad. Pero eso cambia al conocer a Chris Pratt, un joven apuesto con intereses opuestos a los suyos; y la persona que le enseñará que la vida no se basa en sexo y solo pasarla bien, si no que es mucho más, un lado que Scarlett nunca podría imaginarse a si misma conocer.