Regina Mills siempre había sido una soñadora. Durante sus primeros años solía imaginarse a sí misma como la protagonista de aquellos clásicos cuentos infantiles donde la princesa era rescatada por un apuesto príncipe y obtenía su merecido final feliz. Sin embargo, la realidad no podía diferir más de ello. Conforme fue creciendo, todo atisbo de dicha niña dulce, inocente y llena de esperanza se fue borrando hasta desaparecer por completo, como si se hubiera evaporado en el aire. Los finales felices no existían en su mundo. Aún así, siendo consciente de ello, en su plena adultez y prosperidad económica y amorosa, no pudo evitar atreverse a fantasear nuevamente con hacer realidad sus más grandes anhelos; los mismos que habían logrado distraerla de la carga pesada que sostenía sobre sus pequeños hombros cuando era tan sólo una niña. Y ese había sido, quizás, su peor error. La vida nunca había sido justa con ella, ¿Por qué había creído que su felicidad podría perdurar? Con su reducido equipaje y un pasado oculto, la morena se vio obligada a sumergirse en la vida nocturna de Montecarlo, Mónaco, siendo la atracción principal de hombres asquerosamente adinerados de todas las nacionalidades que, en su mayoría, asistían a "The Golden Kingdom" para engañar a sus respectivas esposas con aquellas hermosas mujeres que bailaban sobre el escenario y las habitaciones en la parte trasera del local. Sin embargo, al cabo de un tiempo, Regina descubrió que incluso en el lugar menos pensado, su historia puede tomar un nuevo rumbo, como cuando conoció al nuevo vigilante de seguridad del complejo, Robin Locksley. Pero si crees que todo está dicho, estás equivocado. Después de todo, siempre hay alguien que no es quién dice ser y un pasado que puede destruir el mundo de la protagonista, comenzando de nuevo con su eterno martirio.Todos los derechos reservados
1 parte