Menor desaparecida cuando iba de senderismo por una sierra montañosa cercana a su domicilio.
Éste es el centro de la trama que se desarrolla en dicha sierra, muy angosta, y en la que se suceden borrascas continuas que dificultan la búsqueda llevada por la policía.
Se lleva a cabo una investigación con varios presuntos implicados en el suceso acaecido.
En la que se desencadenan unas pesquisas tales, que necesitará la inspectora jefe encargada del caso, un gran pulso y mano izquierda para contrapesar todas las presiones que se originan en un escenario inusual a su alrededor.
A la poli protagonista le depararán problemas, tanto personales como profesionales y de tipo psicológico, que le causará un desgaste tal, que la llevará tocada emocionalmente hacia un final electrizante e insospechado.
Tanto los personajes, como los lugares descritos donde se desarrolla la trama, son solamente ficción. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Elizabeth Baranguer, una nueva periodista del diario "El cóndor", recibe con entusiasmo su primer trabajo importante. Viaja a las montañas que rodean la comunidad de "El Bolsón" para cubrir la noticia del extravío de unos jóvenes excursionistas en el extenso bosque montañoso. Pero la noticia que le esperaba desemboca en una catástrofe familiar: al llegar allí se da cuenta de que uno de ellos es su único sobrino.
La búsqueda de los jóvenes se extiende en el tiempo hasta que concluye a los tres meses. Debido a la falta de recursos y a la ausencia de rastros, se cancela y los dan por muertos. Elizabeth, desesperada pero aún sin perder las esperanzas, no se conforma con esta decisión y emprende su propia búsqueda. Decide internarse en el bosque con la sola compañía de un fotógrafo del diario y la excusa de relatar una "crónica de la desaparición" en persona. Sin embargo, su objetivo es encontrarlos.
Aquella expedición los lanzará al corazón mismo del infierno, donde en las tinieblas se esconde un culto siniestro.