Agoney, después de años de preparación y entrega, va a ordenarse sacerdote. Se siente feliz y pleno, y con muchas ganas de conocer cuál será su nueva iglesia y su nueva familia. Raoul se lo lleva planteando bastante tiempo, y al final, cree que esa es la mejor opción para todos. A lo largo de su vida ha tomado malas decisiones, solo espera que ingresar en el seminario no sea una de ellas. Ninguno de los dos se espera lo que el destino les tiene preparado. Todo el mundo reza al final.