El hilo rojo del destino puede estirarse, doblarse, tensarse, pero jamás romperse. Uno se desvía del camino predestinado, pero siempre vuelve, por azares de la vida a retomar lo que le fue concedido como destino, y Josuke supo eso en el momento en el que beso a Rohan.
Ese hilo quizás pueda romperse, pero volverá a unirse, no quedara igual, se notara que fue cortado, pero así como uno se puede perder en el camino, con simplemente mirar atrás podrá ver donde se desviaron sus huellas y volver a la línea que le fue predilecta a cada ser, Rohan, esa fiesta sería quizás su perdición, y también el provocar a alguién como Josuke le haría ver que nunca hay que subestimar al enemigo.
Kim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe.
Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim la convertiría en el amor de su vida.