La noche albergaba misterios, en los cuales se escondían los anhelos. Si eran reales o no, dependía de la persona que los afrontaba. Para algunos, la noche se nutria de sueños. Por lo tanto, aquello que experimentaba Seto Kaiba debía de ser un sueño. Aquel manto oscuro llamado noche. Perfecto para esconder a los amantes, dar descanso a los estudiantes y hacer soñar a los niños. Las cosas que sucedían por la noche a veces eran impensables. Eso mismo se dijo, cuando vio su silueta siendo abrazada por la luna y las estrellas.
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