Seda, es lo que mejor definiría tu piel, tan blanca y suave... Perfecta para mí, perfecta para marcar.
Tu piel es el lienzo perfecto para crear una obra de arte, digna para mi deleite personal. Tú eres la obra que hace falta en mi colección, sólo para mí, para mi enferma mente.
Tus cabellos negros como el azabache hacen que te veas endemoniadamente angelical, como ese pecado que todos anhelan cometer, pero que nadie lo hace por miedo al castigo divino... Para mi fortuna, nada de eso me importa, estoy destinado a terminar de la misma forma en la que empecé.
Te veo pasar, con esa figura que me incita a pecar, con esa figura que me hace llegar a imaginar que esta debajo de mí, mientras yo voy marcando esa piel blanca y suave, mientras yo dejo marcas de mi propiedad y te hago gritar mi nombre para que todos sepan que tienes dueño.