Escribir es desnudarse delante de un espejo, pero no delante de un espejo cualquiera, sino de uno tan potente y sincero que consigue que puedas verte por dentro. Que puedas sentir tus defectos y acariciar tus virtudes. Conocer tus miedos y valorar tus anhelos.
Un espejo especial que no te devuelve una imagen, sino que te devuelve a tu propio yo. El real, el de verdad, el que no se esconde detrás de artificios. Ese yo más íntimo que reside dentro de ti, aunque a veces no lo encuentres. El que te ayuda en los malos momentos, el que te enciende la luz al final del pasillo, el que te abraza incluso cuando no lo necesitas.
Este libro es mi espejo. Y espero que leerlo, de alguna manera, te ayude a desnudarte frente al tuyo.