Trabajando en la granja de su familia adoptiva, Kara Danvers es una joven que no tiene recuerdos de su verdadera procedencia y vive en el pueblo pobre de Sirulos, en los límites del cruel e intimidante imperio de Daxam.
Una mañana, Kara se dirige a un río cercano en el cual se dispuso a darse un baño, solo para ser atacada por unos maleantes que intentaron aprovecharse de su soledad. Huyendo de ellos en una dirección desconocida por el bosque, llega hasta una cueva que no pudo reconocer, cayendo al suelo al tropezarse con unas rocas. Pensando que no habría escapatoria de los bandidos, Kara se arrastra hasta chocar con una estatua cubierta con grabados desconocidos y al momento en que su sangre hace contacto con ella los grabados resplandecen, en un brillo que le dio vista del humo negro que abandonó la estatua, recorriendo la cueva con una brisa que erizó su piel. En un pestañeo, los hombres que la acechaban cayeron al suelo y frente a ella solo se halló la sombra de lo que parecía ser una mujer.
La sombra se acerca a ella con sus ojos fijos en ella, los cuales brillaban en un intenso tono verde que sentía que era capaz de atravesar su alma. Pudo verla debido a las llamas que se encendieron a su alrededor en la cueva: su cabello negro caía en sus pechos y su piel pálida poseía grabado diversos símbolos que no pudo identificar en una tinta tan oscura como su cabello. Con sus ojos verdes fijos en ella la mujer le murmuró en un dialecto antiguo que ignoraba conocer. Entre susurros, evitando los ecos que la cueva pudiera producir, la mujer se presentó ante ella como "la doncella verde" y, además de ello, llamó a Kara la última hija de Kryton, la destinada a acabar con el imperio de Daxam.
Advertencia: Lena G!P.
Tardo en actualizar shabaz, a llorar a sus casas o al cementerio.