El quinto día de la Creación, día en que Dios dio forma e infundió vida a todas las criaturas del mar, creó al poderoso y magnífico dragón serpiente Leviatán para que sirviera de gobernante de este extenso reino marino. Las ilimitadas espirales de su inmenso y largo cuerpo se encontraban revestidas de una cubierta impermeable de escamas montadas unas sobre otras y trillaba sobre el agua con una fuerza tan explosiva que las profundidades del océano hervían como una caldera insondable. Se trataba del mismísimo Demonio. Uno de los siete príncipes del infierno y dueño de la muerte. Leviatán. . . . . . . Prohibida cualquier adaptación. Portada hecha por @ thym iazorel