Amapola. Así se llama la primer canción que bailamos juntos, abrazados. Me susurraste al oído la letra de la canción, culminando con las dos palabras más lindas que podrías pronunciar. Pensaba en aquella canción cada vez que me rompías el corazón. Y escuchando Amapola escribí estos poemas, durante casi cuatro años. Estos poemas fueron escritos mientras en mi vida transcurría un torbellino con nombre y apellido. Todo fue real. En estos poemas deje parte de mí, de él, de nuestra relación. Quizás del odio salto al amor, pero es que así fue. Conviví con ambos sentimientos mucho tiempo, por eso los poemas no tienen un orden.