Ken es un joven que padece de una extraña enfermedad mental para su época, una condición que le nubla la oportunidad de percibir empatía por los demás como cualquier persona, por ende, el amor, le es casi un sentimiento abstracto, una pintura repleta de rayones con diversos colores que no siguen un patrón exacto. No obstante, un día como cualquier otro, sin previo aviso, su corazón percibió un latido diferente a los que regularmente sentía, un latido colmado de sentimientos imprecisos, ese día, aquella muchacha que provoco dicha reacción desafío cara a cara a la esquizofrenia, presentándole el amor a aquel joven desgastado.