La punta de las estrellas

Me llamo Hamlet y esta es la historia de mi vida.

(...)
-¿Qué tienes? -me preguntó confundido mirándome atentamente.

-¿Crees que soy raro? -pregunté un poco nervioso sin mirarlo.

-¡Sí! -rió buscando mi atención.

-No estoy jugando, ¿crees que soy?... Uhm... ¿Diferente? -dirigí mi mirada a él, tenía una sorisa en el rostro.

-Eres diferente... Y especial -giré rápidamente mi cabeza por miedo a que me viera ruborizado.

-Soy diferente, me da miedo a aceptarlo -dije viendo hacia la puerta del baño y mi respiración se volvió más rápida.

Hizo que pegara mi cabeza a su pecho, sus latidos eran rápidos y eso me tranquilizó de alguna forma. Apreté su cintura con ambas manos, sin querer soltarlo nunca.

-Yo también tengo miedo-susurró, metió sus dedos entre mis rizos.

-¿A qué? -pregunté sin despegarme de su cuerpo.

-A la verdad -dijo con una voz suave, su respiración se volvió más lenta, como si estuviera aliviado-. A lo que puedan pensar y decir de nosotros.

-¿Nosotros? -solté con sorpresa aún pegado a su cuerpo.

-Ibas a decirme que eras gay y que te gusto-abrí mis ojos con sorpresa y me separé para ver su rostro-¿O sólo era yo?.

-¿C-cómo sabías?-tartamudeé mirando sus ojos.

-Yo iba a decirte lo mismo en la azotea -dijo acompañando las palabras con una de sus encantadoras sonrisas.