-¡Admite de una vez que eres mía!- Suelta euforicamente, logrando que me sobresaltara en mi lugar. -¡Es que yo no soy de nadie!- Grité cansada y harta de la situación. Él elevo sus cejas extrañado por mi reciente acción. -¡Vaya!- Murmura aplaudiendo con sarcasmo mientras daba lentos y sigilosos pasos por la habitación-La gatita está sacando sus garras.- Sonríe de lado, provocando que se me erice la piel.All Rights Reserved