Shane estaba seguro de algo, y es que no era 100% heterosexual, pero también estaba casi seguro de que tampoco era gay, ya que cada vez que pensaba en la posibilidad de serlo recordaba el rostro de su homofobica madre.
A sus 19 años, el unico "amor" que había sentido, fue a los 11 años por la chica con la cual dio su primer beso, y luego de eso solo habia conocido a personas "atractivas" que ocupaban la lista de amores platónicos, pero nunca se había vuelto a sentir enamorado o realmente atraído por alguien.
"¿Asexual? - se preguntó a si mismo luego de leer el quinto post que había encontrado en Google sobre ser asexual." ese tema tambien lo había conversado con su psicólogo e incluso con su mejor amigo, pero ninguna de sus opiniones lo convencían.
Hasta que conoció a Axel, su nuevo compañero de alemán en la universidad, y ahí fue cuando su estomago y vida comenzarón a dar vuelcos que nunca antes había pensado experimentar.