Todos hemos hecho alguna estupidez bajo la influencia de algo o de alguien. Muchas de esas acciones terminan siendo olvidadas luego de enfrentarlas con madurez. Pero algunas sin siquiera darnos cuenta hasta estar perfectamente sobrios son extremadamente extrañas y embarazosas, llegando al punto de auto compadecernos y jurarnos inútilmente jamas volver a estar fuera de nuestros cabalos. Esta es una valiosa lección que aprendió Milo, luego de haber despertado en una cama que no era suya y en compañía de un extraño.All Rights Reserved