una niña de diez años llamada Luna, pierde a su padre en un accidente en medio de la calle, y es llevada a un orfanato. Ahí, con un alto nivel de depresión por su perdida, comienza a sentirse pérdida y cada vez más sola a medida que pasan los días y los meses. Cuando su estadía alcanza los dos años, descubre una especie de lentes ovalados sobre su cama en la habitación del orfanato y sin pensarlo mucho, los usa. Al tenerlas puestas, su cuerpo queda inmóvil y su conciencia viaja a una realidad inventada, de fantasía y peligro, donde poco a poco va descubriendo, que también están otras chicas de su orfanato. Pasa el tiempo, pero esto no es todo e inesperadamente se complica todo para ella, cuando ve que su persona dentro de ese mundo, casi comienza a tomar control de ella en la realidad original, donde perdió a su padre y sin pensarlo, hiere a unas personas.
Siete años después de que el mundo se convirtiera en un desierto gélido, los únicos sobrevivientes habitan un gigantesco tren en movimiento perpetuo que recorre el planeta, manteniéndolos con vida. Dentro de este confinamiento mecánico y desigual, Alexander, un joven de 14 años, enfrenta no solo las duras condiciones del apocalipsis, sino también los complejos sentimientos que surgen cuando conoce a Elías, un chico de su misma edad que proviene de los vagones más privilegiados del tren.
En medio de jerarquías sociales estrictas y tensiones crecientes entre los pasajeros, Elías y Alexander desafían las normas al embarcarse en un vínculo que podría significar tanto su salvación como su perdición. Mientras luchan por encontrar su lugar en un mundo congelado y dividido, sus corazones jóvenes deben superar barreras físicas y emocionales en un viaje de autodescubrimiento, amor y resistencia.
Un drama de mayoría de edad y supervivencia que combina la intensidad emocional de Young Hearts con la tensión distópica de Snowpiercer.