Red Freedom

Querido Eiji:

Te escribo ésta carta con la certeza -o, tal vez, con la esperanza- de que no la leerás jamás. Me he asegurado de que no lo hagas nunca, es por esto que no te la enviaré siquiera. Pero necesito escribirla. Necesito convencerme de que la has leído, Eiji; necesito mentirme para hacerte libre.

No morí aquel día, Eiji, aquel jodido día de mierda. Sin embargo, es necesario que tú creas que así fue; que la hemorragia fue letal, que agonicé y morí contigo y sólo contigo en mente, en la biblioteca que alguna vez nos vio juntos.

Y así había sido, Eiji, lo juro.
Te juro que esa tarde Ash Lynx murió con una sonrisa real en los labios y no despertó jamás. Lo había aceptado e irme con tu presencia tan impregnada en el alma había sido suficiente para mi.

Es por esto, Eiji, que despertar con la angustiada compañía de Blanca y Max a mi lado me desconcertó tanto. Acostado en la sala de emergencias de Meredith, me di cuenta de que no había muerto; había renacido. Y el nuevo yo no se permitiría arrastrarte de nuevo al purgatorio; no se permitiría manchar tus manos de sangre, ensuciar tu alma una vez más.

Eiji, Ash ha muerto y justo así debe permanecer.

🌆

Después del casi mortal encuentro con Lao, Ash se encuentra entre un dilema que le hace desear haber muerto en el altercado: fingir su propia muerte para asegurar el bienestar de Eiji o ir en su búsqueda.
Ash sacrificará una vez más su alma y sentimientos a cambio de que Eiji no pise jamás el mundo de sangre del que por fin ha logrado escapar.
Con el renacimiento de Banana Fish y un total descontrol entre el bajo mundo de New York, Lynx tendrá que retomar el trono póstumo, obligándose a olvidar definitivamente a quien fuera su alma gemela, Eiji Okumura.

¿Cuánto tiempo puede resistir un alma la soledad?

Arte original: Gearous.