San Sebastián tiene un culto muy religioso por parte de la iglesia, pero para este puñado de muchachos, su imagen es más bien símbolo de su amistad, de su vida, de sus secretos y de su rebeldía.
Contra la misma iglesia, contra el gobierno, contra sus familias y sus escuelas, estos chicos, unidos solo por esas palabras hirientes -joto, puto, afeminado, marica- luchan buscando entre el alcohol, las drogas y la noche, algo que les de significado a sus vidas.
Todos menos Dom, quien parece no querer ni buscar nada.
Elliot Jensen and Elliot Fintry have a lot in common. They share the same name, the same house, the same school, oh and they hate each other but, as they will quickly learn, there is a fine line between love and hate.