Just Secrets
Mafia, amistad, muerte, venganza, amor, traición, mentiras, ese es mi mundo, esos son mis secretos...
Estoy más que segura que todos están esperando la típica historia romántica, en la que la chica buena es salvada por el chico bueno pero exasperante y terriblemente guapo, pero, en mi mundo, esos clichés están sobrevalorados. Empezando porque yo soy la chica mala, guapa y exasperante y no hay ningún chico ni malo, ni bueno, que vaya a cambiar eso. Pero claro que hay un chico, uno no, de hecho, son 3, 3 mejores amigos. Uno tan malo y jodidamente roto como yo, que tiene que lidiar con sus demonios del mismo modo que yo hago con mis pesadillas, que tiene tantos fantasmas que lo atormentan como yo. Pero a diferencia mía, él no parece roto, él es noble, bueno y... casi, casi, me logro tragar el personaje. Otro es frío, distante, cínico en ocasiones, sarcástico y tan inteligente que asusta, siempre serio, siempre metódico, siempre analítico, siempre indiferente, siempre perfecto..., pero acaso hay alguien que no tenga una grieta en su armadura. El último es puro lujo y derroche, sensual, atractivo, adictivo, peligroso, el centro de atención y ladrón de miradas y corazones, rompe y aplasta los sentimientos de los demás como si fueran copos de nieve, cuidado, el hielo puede sen tan peligroso como el fuego y están a punto de comprobarlo. Pero al final de todo, cuando la verdad salga a la luz, y los secretos dejen ser ser solo secretos, queda una pregunta en el aire... Cuando las heridas son tan hondas, y se abren una vez tras otra, dejan una huella tan grande, que nunca se sana y que por mucho maquillaje que le añadas, mucha indiferencia que finjas, ni muchas estadísticas que analices, la imperfección, el agujero, el error, no se irá, porque después de todo, ¿quién no está roto? O ¿quién no lo estará? Y ¿las heridas, hasta que punto pueden sanar?.
En la cima de la montaña, el aire es más frío y el silencio más ensordecedor. No es solo la nieve la que cae en el descenso, también lo hacen las certezas y los miedos. En el mundo del snowboard, cada salto es un riesgo y cada curva puede cambiarlo todo.
Sue Harper ha pasado su vida deslizándose entre expectativas y sueños, buscando algo más que aplausos: la certeza de que su lugar en la cima le pertenece. Pero cuando la línea entre la ambición y los sentimientos se vuelve borrosa, el verdadero desafío no está en la pista, sino en mantener el control cuando el corazón quiere lo contrario.
En un espacio donde la lealtad, la rivalidad y la libertad chocan como avalanchas, aprender a confiar puede ser más peligroso que cualquier caída. Porque el hielo guarda secretos, y a veces, lo más difícil no es llegar arriba... sino no perderse en el camino.