Los Dioses tiemblan ante un peligro existencia, no una entidad que quiera destruir la realidad, no; sino algo que piensa retorcer las dualidades de los conceptos. Su nombre es temido por ángeles y demonios, por la muerte y la vida, por el universo viviente encarnado. Un mal en todos los conceptos existenciales, un mal personificado para cada ente de la existencia.
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