Las lágrimas caían por su rostro una tras otra, ni siquiera intentaba limpiarlas, sabía que aunque lo hiciera, inmediatamente iban a ser remplazadas por otras.
Por supuesto sabía que ante los ojos de otras personas sería vista como una cobarde, y lo era, pero ya no podía seguir así, estaba tan cansada de 'ser fuerte'.
Cuando Harry se fue, ella se había convertido en una persona con tanta tristeza, llena de dolor que intentaba ahogar auto-lesionandose, o con sus adicciones; se había refugiado en el sexo y las drogas. Nunca pensó que terminaría ahí... en ése cuarto mugriento y pequeño que había rentado el día que todo había acabado para ella, muriendo desangrada a causa de los malditos cortes y todas las porquería que había consumido esa noche.
Se sentía... bien. Por primera vez depués de tanto tiempo, se sentía malditamente bien, nada iba a impedir que su asquerosa vida se salvara...