No existe libertad para aquel que yace sumido en la oscuridad. Los que han nacido en las tinieblas han tenido la obligación de suprimir el interés por ser libres. La concordia en nuestra sociedad solo podrá existir si obedecemos fielmente las normas que constituyen nuestro mundo, porque aún hemos de conservar los valores y virtudes de los ángeles. Y para proteger al mundo demonio de la devastación, debemos de ser siempre fríos e indiferentes. Porque cuanto más sentimos, más humanidad desplegamos. Hemos de erradicar esa cualidad que es inherente a nosotros.
Estaremos seguros si evitamos el contacto con esa humanidad. Cuanto más fría sea nuestra sangre, más invulnerables seremos a reanudar esas cualidades. De esa forma, podremos coexistir con el mundo de los ángeles sin ensuciar el mundo de los demonios.
Nos haremos llamar, la sociedad del pájaro enjaulado.