Se dice que todos tenemos un alma gemela, aquella persona que esta destinada para nosotros aunque la combinación sea un poco extraña e inverosímil. Estas almas destinadas suelen dejar huella en la forma física, pues al no tener memoria esa huella les permitirá reconocerse. Sin embargo a veces el destino decide poner a prueba su determinación para encontrarse. Este fue el caso de Jean y Yuri, dos almas destinadas a estar juntas, que aun sin presentar su marca destino, fueron capaces de reconocerse.