Pensamos que somos dueños de nuestro destino y que tenemos el poder de controlarlo, pero es el él que nos controlo a nosotros. Creer tener el poder no es malo, lo malo es equivocarse cuando el poder no lo tenemos nosotros mismo, ni el destino, sino otra persona. Lo mismo, ocurre con mi vida. Mi nombre es Paula, y soy morena de piel y cabello, con unos ojos marrónes intensos que podría decirse que es lo único que resalta en mi. Soy de estatura media y complexión delgada. Ademas de ser muy descarada, no me da miedo nada y juego con fuego aunque acabe quemandome. La muerte de mis padres y mi trabajo de media jornada solo me dan para mantenerme en una casa que tengo en las a fueras de Madrid, que para habermela pagado yo con mi trabajo esta bastante bien y es muy amplia. Anteriormente, vivía en Galicia y estudié empresariales, pero diferentes motivos relacionados con otros estudios, familia y demás tuve que mudarme a Madrid, y a pesar de llevar varios meses, mi vida se ha resumido en trabajar e ir a casa, por lo que no conozco a mucha gente...