Eran las once de la noche cuando aburrido hasta el cansancio, salió a dar una vuelta. En la calle el paisaje era deprimente: todo lo invitaba al sufrimiento. Grupos de parejas caminaban muy enamoradas, felices. Era una especie de cuadro que le hacía recordar que el amor y la felicidad existen, pero que él estaba negado para esas cosas.All Rights Reserved