Así las cosas...
A todos nos han roto el corazón alguna vez, nos han ilusionado, nos han atrapado. Cada quien tiene su propia historia.
Aquí estarán impresas todas esas historias de amor, desamor, odio, pasión... te puedes sentir identificado o simplemente sentir la empatía de un corazón roto.
La vida te enseña a superar ciertos amores, las cicatrices nunca se van y hay momentos, detalles, que nos regresan a ese momento, donde amamos, donde reíamos, donde sufrimos, donde lloramos... la memoria es extraordinaria sabe en qué momento darnos en la madre recordando lo que creímos olvidado.
Lo peor de todo esto es el miedo de volver a amar, de entregarnos de corazón con alguna persona, da miedo cuando empiezan a derribar cada uno de tus muros, cuando tu corazón comienza a latir a mil por hora solo por una mirada, cuando tu sonrisa perdura todo el día, da miedo volver a enamorarse.
Hay que enamorarnos de nuestras cicatrices...
Las votaciones del año 2036 son algo que no me emociona, ya que los candidatos, a mi parecer, no valen la pena, en especial Alejandro Villanueva, aquel chico que se burlaba de mí por mi sobrepeso y al que ahuyenté cuando decidí defenderme. Mi encuentro con él y mi comentario imprudente en la fila para votar es el inicio de una propuesta que no puedo rechazar, así como tampoco puedo negar la profunda atracción y el inmenso deseo entre los dos.
De la noche a la mañana me he vuelto la futura dama y también he descubierto que soy la obsesión del presidente.