David Cooper es un neurocirujando para la famosa empresa de avances tecnológicos generles Infinity Unravells. Su unidad se dedica al desarrollo de tecnologías que mejoren la cirugía cerebral. En uno de sus últimos proyectos probaba los primeros implantes neuronales junto a su colega Sally Quan, esperaban que el procedimiento los hiciera saltar a la fama, sin embargo, misteriosamente desde entonces las carreras de ambos junto con las de todos los neurocirujanos estadounidenses se fueron en picada. Hoy relata su historia en un interrogatorio policial, en el que revelará cómo su trabajo incidió en una conspiración de proporciones globales.